Colonia teme que los residuos sanitarios de seis millones de habitantes de Buenos Aires que comenzarán a lanzarse al Río de la Plata, terminen en las costas del departamento. Expertos argentinos lo niegan pero un comportamiento extraño de los vientos ya ha demostrado arrastres en dirección sureste. Los desechos comenzarán a salir próximamente.
La recolección de los desagues cloacales de unos seis millones de bonaerenses que serán volcados cerca de las costas uruguayas a apenas 37 kilómetros de Colonia, ha originado pedidos de informes aunque a esta altura los hechos parecen irreversibles.
El megacolector argentino tiene por objeto limpiar el controvertido riachuelo, una cloaca a cielo abierto, que quedará eliminada a través de una gigantesca obra pocas veces vista en el mundo que llega a sus etapas finales.
Un caño de 37 kilómetros de largo, verterá cada día 2.300.000 metros cúbicos de desagues cloacales que por efecto de los vientos podrían llegar rápidamente a las costas de Colonia.
La obra faraónica ya tiene un 80% de avance a un costo de 1.200 millones de dólares y juntará además de los desechos cloacales de los bonaerenses, los que emanen de las industrias contaminantes.
Una serie de pedidos de informes desde la Intendencia de Colonia están en poder del flamante Ministro de Ambiente Adrián Peña, que busca (ya tarde) explicaciones sobre los riesgos que desde Argentina aseguran no ocurrirán.
El comportamiento de los vientos en el Río de la Plata, es particularmente extraño, a tal punto que cuerpos arrojados al mar durante la dictadura a decenas de kilómetros de la costa aparecieron en Colonia, demostrando la imposibilidad de predecir los movimientos subacuáticos.